Noveno día de la Solemne Novena en honor a Ntra. Sra. la #VirgendelaMisericordia
Oración preparatoria
¡Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador y
Redentor mío, en quién creo , en quién espero y a quién amo sobre todas las cosas!
Heme aquí en tu divina presencia, dispuesto a cumplir tu última voluntad
manifestada desde lo alto de la Cruz, cuando dijiste “He aquí a tu Madre”. ¡Oh,
quién tuviera el espíritu de tu amado discípulo, San Juan, para llevar a cabo
con la misma perfección que él, tan sublime y dichoso encargo! Y el cuarto
mandamiento de tu santa Ley ¿Cuándo tendrá mejor aplicación que al prestar el
debido homenaje de reverencia y amor a mi adorada Madre del Cielo y Madre tuya
amantísima, la siempre Virgen María. Eso es, ¡oh, dulce Jesús!, lo que intento
con el piadoso ejercicio de esta Novena. Suple Tú con tu gracia, mis
deficiencias, para que de mi boca salgan dignas alabanzas y broten de mi
corazón encendidos afectos en honra y gloria de tu Santísima Madre, a fin de
que, con ello, logre sus favores mientras viva en la tierra merezca gozar, en
su compañía, de tu vista, en la patria celestial. Así sea.
Imagen: http://jesusario.blogspot.com/
Alabanza
Cada uno de nuestros días está marcado en el seno de la protección
de María. Siendo invocada y tomada por patrona la Madre de Dios, en las cosas
de importancia, no puede menos de ir todo bien y redundar en gloria del buen
Jesús su Hijo (San Vicente de Paul)
Oración de San Alfonso María de Ligorio
¡Oh, Reina del Cielo, María Santísima! Yo que en otro tiempo
fui desdichado esclavo del demonio, ahora me consagra a Ti por perpetuo siervo
tuyo, y me ofrezco a honrarte y servirte por toda mi vida. Ah, Señora mía
dulcísima, no vuelva yo jamás a perder mi alma, el paraíso y a Dios. Esta gracia
te pido, oh María, alcánzamela por tu intercesión . Así lo espero. Amén.
Pídase la gracia que se desea alcanzar por la intercesión de
la Santísima Virgen Nuestra Señora de la Misericordia.
Para mejor obtenerla, recémosle tres
Avemarías.
Oración final
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído
decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando
vuestra asistencia, haya sido abandonado por Vos; animado de esta confianza, a Vos
también acudo. ¡Oh Virgen, Madre de las vírgenes! Gimiendo bajo el peso de mis
pecados, me atrevo a presentarme ante vuestra presencia soberana. ¡Oh adre del
Verbo! No despreciéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas
favorablemente. Así sea.
Indulgencia de cinco años, una vez al día, en cada uno de los
días de la Novena, y plenaria el último, con las condiciones acostumbradas, en
la fiesta de la Santísima Virgen.
(S.P. Ap., 16 dic.1935)
Textos cedidos por el Ilustre Patronato de Ntra. Sra. de la Misericordia de Ávila.
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